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Querida yo del pasado,

Hola, soy vos. Te escribo porque sé que lo necesitas y sé que cuando te vas a dormir tienes miedo y que sientes vacío y maldad y que a veces piensas en irte.

Pronto cumplirás 14 años y sientes y te comparas. Muchos de los personajes que conoces tienen 14 años, y no son en nada como vos. Las otras personas que están cumpliendo 14 años no son nada como vos.

Sé que sientes que hay un problema en toda tu forma de ser, y sientes que hay demasiada presión en existir de una manera en la que no sabes existir. Es difícil cuando el mundo parece girar hacia el otro lado, o todos parecen hablar en otro idioma, o pareciera que todos conocen un gran secreto que te fue ocultado.

Te quiero contar que tu problema tiene nombre y que no es un problema en absoluto: sos autista. ¡Lucas también! ¡Papi también! ¿Sabes quién más? Roquecito.

Aún no conoces a Roquecito, es nuestro hermanito y es el chiquito más increíble en la creación de Dios. Él no sabe lo increíble que es y lo mucho que hace con su pequeña existencia. Hoy tiene ocho años y ese niño… no podrías empezar a imaginar lo que es su cabeza. ¿Sabes qué es lo más increíble de todo? Cuando le dieron su diagnóstico, te abrazó fuerte y dijo: ¡Josi! ¡Soy aspie como vos! Así. Con orgullo. Te lo prometo.

¡Imagínate eso! Tú, ahora, con tus trece años, con tu increíble miedo a seguir creciendo… Imagínate: hay un niño, en tu casa, en tu familia, que te ha visto en tus peores momentos: ¡y quiere ser como la Josi!

Sé que es dificil de creer, pero date tiempo, vas a empezar a entender, de a poco, y vas a empezar a perdonar, y a mejorar. No te prometo que tendrás una vida de pura felicidad. Todavía me cuesta un montón sentir la felicidad de existir, no estoy siempre contenta ni mucho menos… Pero date tiempo. El tiempo, y me río mientras lo escribo, el tiempo es nuestro mejor amigo.

Escucha a papi y a mami por más que te hagan enojar, porque hay verdad en sus palabras. Papi me dijo que a veces, hay que hacerse a un costado y dejar que el tiempo trabaje.

¿Sabés qué más? Tienes amigos, no son muchos, pero son todo lo que soñaste que serían, y están por todos lados. Tienes lo que siempre quisiste: alguien con quien abrirte, con quien sentirte vulnerable, que vibre en tu misma frecuencia. Eso te puedo prometer que llegará y que será… mágico. Algún día también vas a entender la sonrisa con la que escribo esa palabra.

Hay gente que te quiere, que te ama. Tu familia te ama. Tus amigos te aman. Gente del otro lado del mundo te ama. Pero más importantemente: yo te amo.

Con locura,

Josi.

P.D. Un montón de gente nos dice Josi ahora, es hermoso.

La Chica de Sombrero

Tengo Asperger.

Eso quiere decir que soy autista. Y eso quiere decir muchísimas cosas. Muchas cosas que quizás una búsqueda en Google pueda aclarar, y otras que se necesitará más tiempo estudiar, y más profundidad. Hay muchas interpretaciones en los medios, como series de televisión, películas, etc., que muestran al espectro autista y a las personas que lo viven de mil maneras diferentes.
Sin embargo, hay muchas cosas que todo eso no termina de mostrar nunca; sería imposible intentar recrear a la perfección el día a día de una persona autista; y si fuera posible, esa recreación no podría aplicarse a todas las personas autistas. Hay muchísimas cosas que yo hago y siento que siempre di por típicas, por cosas que son de la vida, que así soy yo, y ya; pero cada día que estudio, cada vez que lo pienso, me doy más y más cuenta de cuestiones que, en realidad, tenían que ver con mi autismo todo este tiempo.
Me doy cuenta también, que hay veces que uno quiere “arreglar” sus características autistas, o que tiene que ser menos esto o más aquello; pero en realidad, uno funciona así y eso no se cambia. Para mí cambiar ciertas cosas sería disfuncional; intentar funcionar como funciona un neurotípico, sería disfuncional, valga la redundancia.

A mí me dicen muchas veces que “no debo ser autista”, o que no debo tener Asperger, o que, si es que lo tengo, debe ser una forma muy leve, o “casi nada”. Y esto, aunque lo entiendo, es debido, muchas veces, a ignorancia (de hecho, es una de las razones principales por la que escribo este blog), me molesta. Me violenta tener que justificar mi diagnóstico, cuando ya compartirlo no es fácil.
Por eso mismo decidí escribir este particular artículo; porque quería compartir algunas de las maneras en las que a mí me afecta el Asperger, el autismo de cada día.

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